A pesar de que Daniel y Amelia disfrutaron de los noventa días más intensos y sensuales que ninguno de los dos pudiera recordar, ella lo abandonó porque no se sentía capaz de darle lo que él tanto ansiaba. Sin embargo, la separación sólo ha servido para que ambos comprendan que se necesitan mucho más de lo que creen, por lo que deciden darse una nueva oportunidad. Pero un terrible accidente deja a Daniel en estado de coma e impide el reencuentro.
Cuando se despierta, el joven quiere averiguar quién ha intentado acabar con su vida, y pretende hacerlo sin la ayuda de nadie. Por su parte, Amelia está dispuesta a recuperarlo, y si para convencerlo de que le pertenece tiene que dominarlo, atraparlo en su propio deseo y excitarlo hasta hacerle perder la razón, lo hará cueste lo que cueste. Sólo cuando consigan derribar todas las barreras que Daniel ha levantado para separarlos, aprenderán lo que significa amarse.
Cuando reseñé "Noventa días", les conté que mientras iba leyendo el libro pensaba lo bien escrito que estaba y lo diferente que era dentro de todos los primos hermanos que salieron el año pasado con látigos, fustas y nalgadas, pero al llegar al final, se me vino todo abajo.
Noventa días tuvo tal impacto en los
lectores que la autora terminó escribiendo una continuación que cerraba todos
los caminos que quedaron abiertos en aquel libro que inició todo.
¡Al fin cerré la historia!
Si NO leiste "Noventa días" no leas esta reseña porque puede contener spoilers.-
La historia
Comienza después de que Daniel despierta del coma. Pero luego del impacto inicial, de encontrarse con Amelia a su lado, comienza a tomar distancias, porque está dolido, porque tiene miedo y porque ella corre peligro.
Amelia debe volver a ganarse su confianza y
mucho más segura de sí misma y sus sentimientos para con Daniel, toma el
control de la relación.
Ella sabe lo que él necesita: rendirse a su amor. Y ella lo acompañará en ese camino.
Además de profundizar en el aspecto emocional de la pareja, este libro descubre el pasado de Daniel y devela quién estuvo atrás del accidente de Daniel.
En "Todos los días" llegan las respuestas, el suspenso se equilibra con el erotismo y la emoción y al final, tenemos una historia completa.
Mis sensaciones
Cuando comencé a leerlo en seguida volví a
caer rendida ante el discurso intimista y profundo de la autora.
Se repitió la historia y en cada página
pensaba: este libro es genial.
Pero una amiga, otra vez por mail me
anunció que no iba a gustarme y que
pasaba otra vez lo mismo que en “Noventa días”: un final con cabos sueltos y flojo.
Seguí leyendo con miedo, porque el libro me
tenía enganchada, pero al final, la autora me entregó todo lo que necesitaba.
Las dudas se despejaron, las respuestas
llegaron y al final tuve el epílogo como me gusta.
Pero lo que quiero rescatar es esta
narrativa intimista que tiene M. C. Andrews que me cautivó durante una noche en la
que leí sin parar.
El discurso
Me recordó mucho a la trilogía Crossfire, donde las piezas del rompecabezas aparecen de a poco y uno va atando cabos durante todo el relato, sabiendo que, por los climas que la autora recrea, la verdad será dolorosa, oscura y fría.El tema
En esta novela sigue siendo la dominación y sumisión pero con un cambio de roles. Ahora es Amelia quien debe tener el control de la relación y Daniel quien debe rendirse.
Cuando me enteré hace un tiempito de este giro en la historia, estaba segura de que NO iba a gustarme. Sin embargo, pude disfrutar de la historia sin sentir el rechazo que pensé iba a sentir.
Si bien por momentos, me resultaba chocante ver a Amelia en el rol dominante, la autora supo dotar de delicadeza a las escenas para no romper los climas tan íntimos y emotivos que dominan el discurso y eso hizo que todo fuera más agradable.
Como en casi todos los libros donde se aborda el tema del BDSM, el pasado conflictivo de los personajes es el motivo por el que adoptan las conductas sexuales descriptas. En el caso de esta novela, el pasado de Daniel sostiene coherentemente el tema de la dominación y la sumisión y conmueve por su verosimilitud.
Daniel tiene que golpear los demonios que tiene dentro y Amelia tiene que sembrar nuevos recuerdos, borrando las heridas del pasado con nuevas marcas nacidas del deseo y el placer que ambos se profesan.
Los personajes
Daniel es un sobreviviente de su pasado
doloroso y cruel y en este libro entendemos muchas conductas que tuvo en el
libro anterior. Si bien por momentos el tema y las situaciones excedieron mi
capacidad empática, debo decir que me conmovió y lo vi como un niño pequeño a
quien uno quiere cuidar. (esa falla genética que tenemos las mujeres)
En Amelia descubrí un personaje nuevo, que
por momentos me incomodaba pero que fue coherente con el relato, un historia
que por cierto es poco común.
Verla en un papel dominante no fue muy
agradable pero pensé que me iba a generar más rechazo. Pero en líneas generales
disfruté mucho leyéndolo.En resumen
Pensaba que este libro no iba a gustarme y sin embargo no sólo lo disfruté sino que me cerró toda la historia, haciendo que incluso el primer libro me gustara más.
Ahora todo cobró sentido y con las
respuestas impresas en el papel puedo decir que es una buena historia, muy bien
narrada y con una trama que toca el tema del BDSM desde otro lugar, mucho más
profundo, intimo y emocional.
Con un discurso diferente, una trama que se desarrolla en poco tiempo y con un clima íntimo y sensual muy bien logrado, M. C, Andrews logró borrar el sabor amargo que me dejó el primer libro de esta historia y me permitió disfrutar de una historia completa que me gustó mucho.
Cuatro puntos se lleva esta novela, pero
tomando a los dos libros como parte de un todo.
PD. Se viene un RELATO, no es otra novela,
aviso. Se editará por zafiro en formato digital y podrán ver un poco más de
Amelia y Daniel. Pero no es una continuación de la historia. Sucede un tiempo
antes del epílogo. (tómenlo como escenas que se sacaron del libro)
Libros anteriores:
- Noventa días
- La cinta (RELATO)