Un hombre que no quiere saber nada con una mujer y termina rendido a sus pies, en el medio, un equipo de hockey que después de haber desaparecido en el libro anterior, vuelve a deslizarse por el hielo.

El discurso:

Gran parte del problema con el  libro estuvo en la organización del relato, y en eso poco tiene que ver la calidad de la edición o su traducción.
Durante el 50% de la lectura, la historia estaba detenida y carente de ritmo. Todo giraba sobre lo mismo y no ayudaba a engancharme.
Recién pasado ese porcentaje comienza a aparecer la historia de amor que luego se desarrolla con poco brillo y faltándole mucha coherencia.
Acá no supe ver cuándo se enamoran, porqué cambia de opinión el personaje masculino ni donde estaba el verdadero conflicto.
El final del relato se desarrolla en un abrupto desenlace que se transita en pocas páginas y que terminan de coronar las sensaciones que experimente durante la lectura.

Los personajes

Los protagonistas tienen poca profundidad y desarrollo y algunas cuestiones de su personalidad y pasado quedan sin explicación alguna.
Ella tiene un pasado que se prestaba a sumar en la historia pero quedó desaprovechado.
Ty, el protagonista, tampoco termina resultando tan atractivo o seductor como los personajes de libros anteriores.
Quizás el problema está en que la autora intentó volver al hockey como sostén del relato y termino abriendo muchos caminos narrativos que luego no terminó de resolver.

En resumen:

Bajó muchos puntos esta novela en comparación con las anteriores de los Chinooks. Con un discurso que abarca mucho y aprieta poco, personajes que quedan perdidos en el medio de la trama y un final breve y repentino, puedo decir que con “Amor verdadero y otros desastres” me aburrí bastante y mi objetivo era terminarlo para comenzar el quinto libro.